En el transcurso de estos últimos años hemos observado que se ha acrecentado el número de actos en la vía pública (calles o rutas) para manifestarse en contra (la mayoría de la veces) o a favor (menos veces) de medidas de gobierno, de decisiones de empresas que perjudican a los trabajadores, de condiciones de trabajo o estudio que afectan a los ciudadanos, etc. etc.
Estos actos, si bien están garantizados en parte por la Constitución Nacional (pedir o reclamar por supuestos derechos), casi siempre afectan el derecho de los demás, es decir, de quienes no manifiestan o que son ajenos al problema en sí. Los afectan en su derecho, tambien constitucional, de circular libremente por la vía pública.
Quizás este incremento de actos pueda estar relacionado con el dejar hacer de las autoridades que deben ocuparse del orden público. Vemos que, a partir de los hechos trágicos del 20 de diciembre de 2001, y donde en los cuales la policía reprimió a sangre y fuego las manifestaciones de mucha gente que salió a las calles de Buenos Aires, exigiendo la renuncia de De la Rúa y donde hubo varios muertos y heridos por tal represión, pareciera que los gobiernos siguientes de Duhalde y especialmente los de los Kirchner han optado por dejar manifestar sin represión.
Los resultados obtenidos con esta evidente decisión de los gobiernos, ¿han sido satisfactorios? ¿se ajustan a derecho? ¿se debería volver a reprimir? ¿quién defiende a las personas que quieren trabajar y circular en paz? ¿es necesario, a cualquier costo, ser solidarios con las personas que reclaman?
Lo positivo es que a partir de esta decisión prácticamente no ha habido muertos ni heridos en la vía pública como consecuencia de la represión, pero lo negativo es que mucha gente está disconforme y reclama que vuelva la represión que haga cumplir las leyes que ordenan la convivencia.
Quisiera que sea un tema de debate.
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Acá se plantea un tema difícil, porque chocan dos derechos, el de manifestar de los que se sienten perjudicados por alguna acción del gobierno o de particulares y el derecho a circular y trabajar del resto de las personas.
ResponderEliminarTambién en el fondo hay una estrategia de desgaste del gobierno, por una lado espera que la gente se canse de manifestar porque al fin no consigue resultados y por el otro, que la gente se resigne y la protesta sea un elemento más del paisaje urbano. Me parece que las dos cosas que quiere el gobierno son injustas, porque el pueblo se merece justicia y que se cree un marco de convivencia propio de un país civilizado. Las protestas se van a terminar cuando la gente sepa que se la escucha porque para eso están los poderes del estado y cuando el descontento pueda canalizarse por los marcos institucionales, los legisladores que cumplan con su trabajo, lleven las inquietudes del pueblo al congreso y los jueces impartan justicia, estamos cansados de impunidad.
Que la gente que tiene que sufrir que les corten las calles no pierda la paciencia, piense que algún les puede tocar a ellos salir a manifestar. De los males que nos tocan este es el mal menor.
Para mi está muy claro que Argentina tiene que buscar la coincidencia entre la legislación y el comportamiento habitual. Este es un proceso lento porque no es un criterio muy popular, y requiere revisar tanto las leyes como los comportamientos. La estabilidad de las Instituciones y las políticas favorece mucho la evolución hacia un mejor país, más serio y de mejor calidad de vida para todos.
ResponderEliminarEn el caso particular de las manifestaciones de dudosa legalidad y que molestan a mucha gente, soy partidario de:
-Hacer una campaña de toma de conciencia del problema, con propaganda apelando a la voluntad de las personas.
-Facilitar el canal oficial para que los desconformes expongan sus razones y tengan una contraparte que las discuta.
-Otros proponen un “manifestódromo”. Podría ser si se hace con la contraparte.
Lo negativo es que el gobierno ignore o aliente actos ilegales, pues eso crea un hábito muy difícil de sacar. Como el hábito crea derecho, es inadecuado reprimir con toda la respuesta que da la capacidad de las fuerzas del Estado, pues la violencia no da soluciones.
En este caso se nota una línea de pensamiento bastante común y que es la que sigo: educación, política en este caso, ajuste o sincronización entre leyes y comportamiento, racionalidad, políticas estables, derecho a la protesta racional y con contra-argumentos, legalidad mucho más estricta de los comportamientos del Estado. También la reformulación del esquema legal.
Trato también de impulsar la Asamblea Virtual Ciudadana como medio de construir ciudadanía.
www.argentidea.blogspot.com
El blog de la Asamblea en este tema es: http://argentideas0044.blogspot.com/2009/05/las-protestas-y-disturbios-cuestionario.html donde yo linkee a tu blog (este). para hacer todo más agil vos tendrías que poner un link a ese (el 0044)
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